Yo soy el Roble.

el roble

Yo soy el Roble,
la torre del bosque donde los dioses miran.
Humilde morada del muérdago mágico
y protector de los ritos en las fías noches de otoño.

Soy la magia oculta y poderosa,
la fuerza, la gentileza y la hospitalidad.
La puerta de templos, la mesa de reyes,
el tonel donde descansa el agraciado licor.

Resisto al tiempo desde mi lisa juventud
y me hago invaluable en la vejez de mi corteza.
Mi grandeza radica en mi silencio
en ser quien sirve y ampara a los seres.

Soy uno de todos.
Un árbol más en el bello manto de la Tierra.
Soy quien acaricia y escucha al Junco
que aprende del fluir de las aguas.

Soy quien aprende en las tertulias de los druidas,
quien ríe con las hadas y las ninfas,
con quién comparte las artes de los elfos,
quien se mueve como semilla en el viento.

Soy soberano y rey porque soy siervo.
Tengo luz en mi sabia que corre por mi corteza de oscuridad.
Canto entre las penumbras de la ominosa sombra
y nada me es carente de significado.

Soy el rey valiente, actuando de niño asustado.
Soy el chiquillo con sabiduría de antaño.
Soy el mago negro, hablando de la luz crepuscular.
Soy quien no entra en los cielos para quedarme entre los hombres.

Mis ramas sanan aunque tengan ácaros,
y mi corteza da vida aunque esté muriendo.
Curo los males aunque enfermo esté,
y la vida eterna profeso aunque sea perenne.

Soy el protector de la fe sin credo,
y conozco la verdad aunque no le ponga nombre.
Nada he traído más que la memoria del primer árbol,
y en cada germinar disfruto de los nuevo.

Las tormentas y las hachas podrán quebrar mis ramas,
y en ocasiones el mal me desgaja.
Pero mi tronco es fuerte como la piedra angular,
donde se levantarán los monolitos de los eterno.

Yo soy el roble encantado...
Yo soy el cayado y el bastón...
Yo soy el hospedaje de errantes, magos y pitonisas...
Soy el corazón del bosque, un aprendiz y un mentor.

Yo soy el roble,
El rey mago en Tierras de Dios.